martes, 16 de diciembre de 2008

reportaje

Este es el reportaje que nos pidió el profesor Mayoral para redacción. El tema era libre y yo tenía ganas de saber quién fue Bravo Murillo.

UNA CALLE EN EL MUNDO


“¿Bravo Murillo? No, no sé quién fue”.

La calle Bravo Murillo nace como la cara B de la Castellana. De eso no hay ninguna duda. A la Castellana le tocó el Bernabéu, los centros mega comerciales, los rascacielos, los ministerios y los desfiles militares. Bravo Murillo, gracias a que brota de Plaza Castilla, pudo compartir con su hermana mayor las torres Kio, pero éstas están demasiado atareadas en enmarcar la pomposidad de la Castellana, formando la postal perfecta.
“¿Fue un pintor?”, responde Antonio, madrileño de pura cepa con cuarenta años de chamberí a sus espaldas. Esta pregunta obtiene idénticos resultados una y otra vez.

Salgamos entonces a averiguarlo.

Con la licencia de comenzar por el final, realizando una cuenta regresiva que parte del número 385, el portal más cercano a Plaza Castilla, Bravo Murillo, el de cemento y asfalto, nace vigoroso con la energía y el nervio de un infante.
Los juzgados de primera instancia desvirgan de sopetón a la vía. En sus alrededores, decenas de jóvenes de entre 20 y 30 años, abrigados para soportar unos comienzos de diciembre especialmente invernales, charlan distendidamente entre ellos. Llama la atención la cantidad elevada de personas que rodean los juzgados, y que todos ronden la misma media de edad. En un abrir y cerrar de ojos, los mismos jóvenes que reían tranquilamente se exaltan. La señal para hacerlo fue la sirena de una furgoneta de la Guardia Civil, que en una maniobra hollywoodiense sale de los juzgados y se pierde ululando al otro lado de la calle. En los tres segundos que dura la maniobra, el medio centenar de personas vocifera e intenta tocar la furgoneta. Todo ocurre tan rápido que para un profano es imposible discernir si abucheaban o animaban al ocupante trasero del vehículo policial.

Si seguimos caminando, la calle pronto se tranquiliza, y da tiempo a observar que en Moda City esta temporada se lleva el rojo, decisión que probablemente tomó la dependienta y dueña china de la tienda, o tal vez fue un capricho de cualquiera de sus dos hijos que la acompañan al otro lado del mostrador de caja.
La estación de metro de Valdeacederas indica que seguimos avanzando, y un letrero luminoso de la Casa Consistorial deseando Feliz Navidad hace que los transeúntes se percaten de que no, efectivamente a la calle Bravo Murillo tampoco le tocó vestir luces navideñas, de esas que se realizan por encargo a diseñadores relevantes. Esta partida también la ganó la Castellana.
Tampoco tuvo suerte Calzados Raúl, junto a la estación de metro, que ha tenido que colgar el temido cartel de “liquidación total”. Para hacer más sangre, Calzados Coco & Coco, el local inmediatamente colindante con el de Raúl, no sólo no cerrará, sino que además ha ampliado el negocio y ahora, también, vende bolsos.
En la puerta de la tienda Mi bandera tienen dos puestos donde pueden recogerse periódicos gratuitos, uno se llama Latino, La voz de nuestra comunidad, y el otro Sí, se puede, El periódico de la inmigración. Del Latino quedan pocos, el Sí, se puede está agotado. Mientras leemos que en esta tienda venden cocos tropicales a un euro y auténtica leche sudamericana, el último Latino ya está en manos de otro ídem.

Una mujer china carga con una bolsa inmensa repleta de mantas metidas a presión. La bolsa es tan grande que la mujer tiene que inclinar su cuerpo hacia la izquierda, y aun así no puede disimular su cara de esfuerzo.
De repente un “Hola amigo”, pronunciado por un vendedor negro del periódico La Farola, de sonrisa perenne y bigote cuidado, nos hace percatarnos de que toda esa tranquilidad que hasta este momento nos había acompañado, tan sólo significaba que la calle estaba cogiendo carrerilla para explotar en una marabunta de comercios que pintan uñas, multitud de salones de juego, otras tantas tiendas que venden sofás y cajeros de absolutamente todos los colores. Bancos con nombres extranjeros y otros que ofertan el regalo por antonomasia al domiciliar la nómina. Sí, las cacerolas.
Y todo este bullicio mercantil acompañado por una coreografía de viandantes que trotan de un lado hacia otro, a un ritmo que sólo puede soportar Madrid. Este coro de danza, compuesto por indios que portan cajas, chavales latinos que soportan oros y señoras mayoras que lucen visones nos acompaña hasta Tetuán, la siguiente parada.

“Ven pa´cá”, le espeta un jubilado a otro después de decidir que ya habían caminado lo suficiente en esa dirección y que ahora tocaba pararse, girar despacio, y enfilar derecho hasta que volviera a decidir lo contrario, en un bucle cíclico que su compañero, el de venpacá, no había terminado de captar.
En Tetuán los carriles ya se han multiplicado, comenzaron siendo cuatro y ahora ya son seis. Aunque es un decir, porque por ejemplo a esta altura están cambiando una de tantas tuberías que recorren el subsuelo y está cortada la mitad de la calle.
La coreografía antes mencionada duda al llegar a este punto, ya que también ha sido levantada parte de la acera. Entonces todos tienen que ralentizar el paso y los bastones de los ancianos chocan con los carritos de las parejas jóvenes que a su vez empujan involuntariamente a los chavales de las cadenas de oro que tintinean por el movimiento hasta que una ambulancia pasa tajando el tráfico y ya sólo se oye la sirena.
A la salida del metro de Tetuán, calle Algodonales, hay una tienda de mascotas. Dentro de ésta hay cuatro cajas de plástico transparente, apiladas de dos en dos. Miden unos cincuenta centímetros cuadrados cada una. En dos de ellas hay sendos perros minúsculos que saltan incansables una y otra vez dentro de sus recipientes. Los perritos burbuja buscan una pequeña apertura circular que comunica una caja con la otra, a través de ella pueden tocarse y eso es lo más cercano que van a estar de la naturaleza. En la caja de debajo hay una cobaya que dobla en tamaño y en peso a los dos perrillos. Juntos. La cobaya, como es de suponer, no salta tanto. La cuarta caja está vacía. Afortunado el que se fue, no tanto el que vendrá.
Quitándonos de encima la duda de qué ocurrirá con los animalitos una vez haya pasado la Navidad y ningún padre se haya decidido por un regalo vivo debajo del árbol, proseguimos la marcha.
Egipto, Berlín, Túnez. Una agencia de viajes, vacía, expone destinos exóticos, mientras una barrendera de origen africano y abrigada hasta las cejas recoge las últimas hojas del otoño.

Una niña china le comenta a su madre en un español correctísimo, salvo por el madrileño leísmo que se le escapa de vez en cuando, lo que ha hecho a lo largo del día en el colegio. Otra niña, esta rubia, se come sólo lo de dentro del bocadillo. “Al final voy a tener que tirar el resto”, le recrimina la madre. Y sí, acabó tirándolo.
Dos árabes con cuartillas de publicidad en sus manos se han olvidado de continuar repartiéndolas, enfrascados en una conversación que les arranca carcajadas sin ton ni son.

Al lado de la tienda Yi Zhong, que vende complementos, una postal de la Cibeles luce descolorida en un estanco de tabaco.
El muñequito verde del semáforo deja paso a un chico negro, un sudamericano, un rapero español y una mujer china.
Enfrente de la administración de lotería, donde la gente espera su turno en una cola bastante larga, dos coches han tenido un accidente. La grúa emite pitidos mientras recoge al automóvil peor parado, que según se deduce por sus caras ha sido el de dos jóvenes de gorras torcidas adrede y ropa deportiva. El otro coche es de una familia. La integrante más pequeña, una niña de unos cuatro años, observa toda la operación apoyada en la barandilla. A su lado hay un jubilado en la misma posición. Él no pertenece a la familia. Sólo mira.
Un poco más adelante un preadolescente asiático se la va a jugar atravesando la calle por un lugar donde no hay paso de peatones. A éste lo mira una chica con gafas de pasta y pantalones verdes que se frota las manos muerta de frío. Ésta a su vez se cruza con un grupo de veinteañeros con polos con nombres que empiezan por Thomas. Comentan algo que contiene las palabras Bravo Murillo. “Perdonen, no sabrán quién fue…”.
Inútil.
En Estrecho hay un Burger King, y en esta hamburguesería hay dos mujeres árabes con velo y falda hasta los tobillos que se están comiendo a lametazo limpio un helado.
De El Sol de Castilla, que es el rimbombante nombre de una tienda que vende “frutos secos y variantes”, salen dos señoras con abrigos de pieles que comparten una bolsa de patatas fritas.
Cincuenta metros más allá, se alza el Mercado Maravillas, el cual vive “un momento espléndido, y gracias en gran parte a los inmigrantes que han llegado al barrio: chinos, rusos, latinos… Venden hasta verduras”, comenta Carmen, la presidenta de la asociación de vecinos de Tetuán-Cuatro Caminos.
Añade, orgullosa, que el distrito de Tetuán es el que tuvo “los índices más bajos de delincuencia el pasado año”. Y esto es gracias a que “todo el mundo está muy repartido”, los inmigrantes “están mezclados” con los españoles de nacimiento, por lo que no se forman guetos y “la convivencia es muy buena”.
Una pareja interracial parece que quisiera darle la razón a Carmen. Él español y ella sudamericana. Si bien es verdad que de momento el juntos pero no revueltos es la tendencia general. Las parejas con individuos de diferentes nacionalidades todavía no son habituales.

Conforme nos vamos acercando a Cuatro Caminos el ambiente se vuelve incluso más vibrante. La afluencia de transeúntes es más grande y comienzan a verse tiendas con nombres de marcas reconocibles: Zara, Stradivarius, Springfield... En Berskha una dependienta dominicana atiende a una compradora cubana.
Tiendas con nombre, pero también con apellidos, como la de los hermanos Pérez, que te abonan la diferencia si lo encuentras más barato.
Otra niña, y esta vez africana, se para en seco frente a una de estas tiendas, fascinada por unos zapatos. La madre, con dos frases pronunciadas en algún idioma de su tierra pero entendibles universalmente, le dice que no está el horno para bollos.
Y por fin, la glorieta de Cuatro Caminos, que en verdad son cinco o tres caminos, según se mire: Bravo Murillo y Reina Victoria que la atraviesan y Santa Engracia que también quiso sumarse. Dejaremos para otra ocasión preguntar por la procedencia de sendas señoritas.
Cuatro Caminos es el punto neurálgico. Una olla a presión que contiene un cocido madrileño, de esos que se sirven los domingos, con multitud de ingredientes.
Con todos los ingredientes imaginables y dos que se dejan ver más: los ancianos, que se han hecho por completo con la zona. La controlan, son conscientes de ello y su forma de disfrutarla es pegarse a la pared para que el sol les caliente, ajenos al tiempo y a la algarabía de su alrededor. Y los inmigrantes, que la disfrutan indudablemente menos porque van con el uniforme del trabajo: repartidores, albañiles, pintores, dependientes...
Según la oficina regional de inmigración, la cifra de extranjeros en la región se eleva ya a 949.354 personas, un 15,28% de la población. El 78,5% de ellos trabaja, según la encuesta regional sobre inmigración de la Consejería de Inmigración y Cooperación.
Una gitana vende flores en un quiosco improvisado con cajas de cartón. Casi parece la figura de la castañera de cualquier belén, salvando que ha decidido situar su puesto delante de la puerta de un McDonald´s. Visión empresarial.

Una vez que consigue superar la glorieta de Cuatro Caminos, Bravo Murillo se calma, se tranquiliza y deja paso al Madrid de los espacios. Al de las casas vistosas de principios del siglo pasado. Todo el mundo parece menos estresado. Aunque algo de inquietud debe de quedar ya que aparece un centro de análisis sanitarios, que se dedica a realizar pruebas de paternidad con una fiabilidad mayor de la exigida en España, y como complemento analizan si se tienen enfermedades genéticas hereditarias. Lo dicho, para inquietarse.
Un poco más adelante hay una santería milagrosa, junto a una farmacia, al lado de un estanco de tabaco, que colinda con una administración de loterías que está pegado a una cervecería. Todos aseguran ser la solución a tus problemas.
Llegamos a Canal, donde se yerguen unas instalaciones deportivas que contienen pista de atletismo, campos de fútbol, de pádel y torres para practicar el golf. Por esta zona abundan los corredores de nariz roja y mallas nada holgadas. Es fácil reconocer al que lleva más tiempo en esto del footing: la ropa extremadamente ceñida es directamente proporcional al grado de profesionalidad del corredor.
Y cuando ya todo el mundo había perdido la esperanza, se vislumbra, entre dos enhiestos cipreses, en un pequeño recodo de la calle, una estatua. Es él.
Bravo Murillo.
A media distancia sólo se puede saber que le gustaba llevar abrigos largos y escribir sobre pergaminos. Una placa en el frontal de su pedestal intenta sacarnos de dudas: “A Bravo Murillo, la villa de Madrid. 1803-1873”.
Pues vaya, ¿eso es todo? 350 números y todo lo que puede conocerse sobre él es que vivió en el siglo XIX y que no llevaba gafas. Ni si quiera su nombre.
Antes de que cunda el pánico se consigue ver una placa más pequeña situada detrás de la estatua. Un árbol algo seco la tapa, pero aún puede leerse: “A Don Juan Bravo Murillo. Con nuestro agradecimiento como profesionales y ciudadanos por dotar de agua corriente a Madrid. Tal día como hoy del año 1858. La asociación de empresarios de fontanería de Madrid. 24 de Junio de 1981”.
Bravo Murillo es el padre de todos los fontaneros.
Con la satisfacción del trabajo bien hecho se enfilan los últimos 30 números que faltan para terminar la calle. Mientras se recorren puede verse el rectorado de la Universidad a Distancia. También una pequeña plaza privada a un lado de la calle. Al entrar un cartel nos avisa de que está videovigilada las 24 horas del día. Tarea innecesaria porque en la plaza sólo hay palomas y plátanos. Esos árboles que entrelazan sus ramas unos con otros, formando un tapiz aéreo. La plaza la corona una iglesia parroquial dedicada a San Cristóbal y San Rafael. En su conjunto recuerda a un barrio tranquilo de una pequeña ciudad italiana.
Unos metros más y allí está, la ilustrísima trasera de Don Francisco de Quevedo. Su estatua, en el centro de la glorieta que lleva su nombre, nos indica que el viaje ha finalizado.
Alguien decidió que Quevedo debía dirigir su mirada hacia la calle Fuencarral, mucho más comercial y prestigiosa para vivir.

En los últimos pasos, una banda de música compuesta por seis rumanos con contrabajo, chelo y trompetas entonan un villancico navideño en inglés que resuena por toda la plaza. Una pareja baila. Ella ríe. Bravo Murillo vive.

JIUS diciembre 2008

domingo, 7 de diciembre de 2008

sobre blogs







Buenas querido público.






Hoy la cosa va sobre blogs. Sobre los blogs que yo sigo.




Para mí, lo mejor de esta forma de nueva comunicación es poder acercarte al mundo interior de personas muy interesantes. En otro tiempo habría sido imposible. Hoy, gracias a todo esta marabunta digitalizada que a todos nos supera y nos ha fagocitado el tiempo libre, tenemos esa oportunidad.




De todas formas (anyway, que me gusta la expresión) sigo pensando que es mucho más beneficioso para el mundo interior propio que se conozca a las personas analógicamente.




En cualquier caso (anyway de nuevo) paso ratos muy interesantes cotilleando la vida interior de estas caras conocidas:






este es el de los telediarios de TVE (anótese que los únicos que pueden usar la palabra "telediario" son los de la 1, que la tienen registrada.. qué cosas)




con este blog he descubierto que María Casado, la rubia presentadora de los findes, es una cachonda mental que presenta el informativo en converse y con el móvil a mano.




Me chocó bastante, porque realmente difiere mucho la imagen que proyecta en el informativo de la que por ejemplo se puede ver en cualquiera de las fotos que cuelga en el blog.


Se lo pasa genial y a mí me da una envidiaaa.


Se han creado un blog bastante familiar donde cuelgan canciones y se autoeditan vídeos.


Todo muy currao y cercano, sobre todo gracias a María y David Cantero.








este otro sólo lo seguiría para alimentar mi obsesión platónica por Mara Torres, pero es que además también es bastante interesante.


Aquí por ejemplo no sorprende tanto, porque continúan con el rollo cercano y ese punto de colegueo que consiguen transmitir en sus informativos.




Mención especial, cómo no, a Mara la maga, que la tía se lee los comentarios de la gente y contesta incluso.


Es muy graciosa la última entrada y cómo se pone nerviosa escribiendo sobre sexo.


aiii si es que tan dulce.










este otro llena mi cupo friki. Siempre hambriente. Nacho Vigalondo tiene un coco prismático y además escribe genial. De vez en cuando te deja un post de los que te quedas pensando "yo debería escribir así por qué no lo hago?"..


Además se ríe lo suficientemente de sí mismo y de la existencia en general como para no tener que dárselas de enteradillo cultureta.


Sé que estoy repitiendo mucho la palabra, pero vuelve a ser cercano.


E interesante, que el tío gracias a su peli y cortos se pega unos viajes a costa de festivales cinematográficos que si L.A. que si Taiwán.


Lo audiovisual está en auge y él lo aprovecha.








El colgao. El que se ha hecho rico dibujando toros a nivel paint. El que vive en Nueva York dándose la vida padre y luego le hace una foto y te lo enseña.


El creador de Kukuxumuxu, con una fisiología entre Marx y el vecino del 3º, tan pronto te planta una foto con trece lecturas diferentes de una calle neoyorkina como aparece en pelotas encima de una cama con colcha de leopardo (o guepardo, que nunca los supe diferenciar completamente).






Esto ha sido todo por hoy queridos anónimos.


A lo tonto me ha quedao un ladrillaco de entrada.




Espero haya sido del agrado de los lectores.




Gracias por su visita y ala, a analogizarse todos.


(primera foto, la sonrisa de María y el temple de David. Última, Mikel insipirándose)

jueves, 27 de noviembre de 2008

otra práctica

Ahí va la última práctica realizada para Javier Mayoral, el profe de Redacción para la clase de ídem de 3º F.


RAFAEL ÁLVAREZ: “HAY POLÍTICOS QUE SON VERDADEROS HIJOS DE SUS GABINETES DE PRENSA”


El escenario, para Rafael, es el de siempre: pasillos que se cruzan y descruzan en giros aparentemente inconexos pero que siempre acaban desembocando en la cafetería. Una cafetería que bulle victoriosa, contenedora de conversaciones sobre política y sobre sábados noche. Sobre la política de los sábados noche. Escaleras con tantos estudiantes como peldaños. Unos leen a Kapuscinski y otros buscan el mini de calimocho a mejor precio. Los hay que beben mientras leen.
“La facultad sigue igual que en mi época”, fueron las primeras palabras de Rafael Álvarez después de cruzar la puerta del aula 506 de la facultad de Ciencias de la Información de la Complutense, el 18 de noviembre de 2008, con una mirada de descubrimiento y los hombros encogidos de nerviosismo. Un gesto muy similar al que adoptó la primera vez que entró en esa clase, allá por la década de los 80.
Cuando Rafal Álvarez comenzó a estudiar periodismo no cabía en su mente de universitario en pañales que después de 25 años la última página del diario El Mundo, cada sábado, sería suya. Suya para conversar con quien él eligiera.
Este sábado tocó Santiago Carrillo.
La tarde del martes 18, todavía con una media melena recuerdo de aquella época, y vestido con una chupa de cuero y unos vaqueros, la dedicó a los alumnos de 3.º F de periodismo. Al menos a todos los que no se quedaron en la cafetería.
“En cuanto haya un poco de complicidad empezaré a soltar nombres”, confesaba Rafael a una audiencia todavía sorprendida por su visita en los primeros compases de la reunión.
En su ya experimentada carrera ha recolectado una larga lista de nombres, y podría sonrojar a más de un ilustre personaje de esos que salen a diario en cualquier medio. Después de “ochenta y pico” entrevistados, ha acumulado tantas anécdotas que hasta ha tenido que olvidar algunas.

“Lo principal, lo más importante, son las repreguntas”, explica, y añade que “es necesario dejar mucho tiempo para responder”. Gracias a ello puede uno llevarse gratas sorpresas. Basagoiti, el presidente del PP vasco, fue una de ellas. “Cuando me ofrecieron entrevistarle tuve mis reticencias, después me contaron que era un friki y me tiré de cabeza”. Y es que Rafael Álvarez siente predilección por los entrevistados que entran en el juego de sus entrevistas.








Porque él no pregunta al uso, sino que pretende establecer un diálogo en el que prime la complicidad y la ironía, evitando preguntas trilladas e intentando trasladar al dialogante a un terreno de la conversación en el que no estén acostumbrados a moverse. Fue lo que le llevó a preguntarle a Manuel Aleixandre, actor nonagenario con cientos de películas rodadas, si temía que le encasillaran por su último filme.

Pero este tono relajado y distendido que intenta conseguir cada sábado es el resultado de una buena preparación. “Si te tomas el trabajo en serio el personaje lo agradece”. El cuestionario para cada entrevista suele tardar entre cuatro y cinco horas en perfilarlo, “siempre de noche, soy un animal nocturno”.
Su modo de trabajo es simple y así lo hace saber, “si estudias correctamente al entrevistado, te salen las preguntas”, además es primordial “el sentido común” y “saciar la curiosidad” de cada uno.
Reconoce que se siente un privilegiado por trabajar haciendo lo que más le gusta, pero con esto “no quiero caer en la falsa modestia, me lo he trabajado” y consecuentemente expone que “si luchas por algo lo suficiente puedes conseguirlo”.

Por supuesto, terminó por confesar algunos de los nombres antes anunciados a sus futuros compañeros de profesión. “Sabía que Tamariz me sorprendería, pero por ejemplo con Trillo o con Juan Luis Galiardo me lo pasé inesperadamente bien”. También ha habido casos donde tuvo que lidiar con interlocutores “más planos”, y revela, con el gesto serio, que hay políticos “que son verdaderos hijos de sus gabinetes de prensa”.

Las manos alzadas que daban derecho a hacerle una pregunta a Rafael seguían acumulándose una hora y media después del inicio de la charla. El profesor, confundido entre los asientos de los estudiantes, anunció que había que terminar.
Aún quedó tiempo para que la clase arrancara un aplauso conjunto desde la primera batida. Un aplauso de cien manos que sonrojó al ilustre redactor de El Mundo que cierra cada sábado con sus palabras el periódico.
Rafael, como un tomate, en el aula 506. Es cierto que hay cosas que no cambian.


JIUS

lunes, 17 de noviembre de 2008

el mejor verano de mi vida


Nunca fui a ningún campamento de verano. Con veinte años, ya había perdido la esperanza. Había asimilado que cuando la gente hablara de sus acampadas, yo tendría que guardar silencio, imaginando retazos de recuerdos construidos a base de anécdotas ajenas.

No tendría amigos a los que prometer cartas en despedidas lacrimógenas a finales de agosto. Cartas que según me cuentan nunca se llegan a enviar, como no se vuelve a ver a ese gran amor de Burgos a la que prometiste fidelidad eterna debajo de un mar de estrellas.


Había asumido que todas estas experiencias que se marcan como referencia en tu vida, a las que vuelves una y otra vez incluso sin pretenderlo, no formarían parte de mí.



Hasta que llegó el verano de segundo de carrera.


Con los nervios de la vez aquella en la que salí disfrazado de angelito en una obra de teatro en primero de primaria, y con la ropa más estudiada que en mi primera cita allá por los anales de la ESO, me planté en la entrada de El Periódico Extremadura.


- Hola, soy uno de los nuevos becarios.


Nuevo yo, como absolutamente todo lo de mi alrededor.


Ladillos, suplementos, publicistas, descansos para el café, directores en despachos con dos puertas, salas de entrevistas, un walkie sintonizado en la emisora de la policía, secretarias, teléfonos con manos libres, fotógrafos singulares, ruedas de prensa, reportajes con muchísimas líneas por cubrir ("elemento no ok", llegué a soñarme en varias ocasiones con que el editor de texto me perseguía con un NO OK bien rojo) ordenadores con salvapantallas corporativos, informáticos, una fotocopia con la cara de los concejales (que más parecía un cartel de se busca).

Salidas nocturnas con el subdirector, bailes con el jefe de deportes y conversaciones con maquetistas aficionados al diseño gráfico.

Redactores jefe, jefes de sección, redactores, los porteros Jose y Jesús

Y 12 maravillosos últimos monos.


12 compañeros becarios con los que compartir el mejor verano de mi vida. Aquel, éste, en el que prometí cartas que nunca enviaré y me enamoré de redactoras que no sé si volveré a ver.




http://www.elperiodicoextremadura.com/

miércoles, 12 de noviembre de 2008

sobre la repetición de la mentira

Don’t forget the lies I said, I was just trying to help ourselves, me dijo alguien.

Después de unos minutos, comprendí que formaba parte de algo que no paraba de repetirse últimamente en mi vida.

Fue fácil descubrir qué era.

lunes, 10 de noviembre de 2008

como os iba diciendo ayer

Lo mejor de tener un blog que nadie lee es que te proporciona mucha libertad.

Similar al grito lanzado en medio de un campo o a un baile furtivo ejecutado en la calle, de madrugada, cuando nadie mira.


Como os iba diciendo ayer, queridos lectores, amadísimos seguidores del duende vespertino, Obama rules, pero cuidado, como ya andan alertándonos los más agoreros, no es una divinidad encarnada en un cuerpo con una percha que ni Humprhey Bogart, no.

El domingo de la semana pasada, en el Mundo, contaban cómo los dos candidatos se habían puesto de acuerdo para no hablar durante la campaña sobre una medida a la que ambos dieron luz verde en su momento: la construcción de una barrera física en la frontera con México. http://www.elmundo.es/papel/2008/11/02/cronica/

Hay que pagar para leerlo en internet, pero merece la pena. Carlos Fresneda nos cuenta que con el apoyo de los candidatos, Obama included, se están construyendo 1200 kilómetros de muro (y cuando se escribe muro se quiere decir una doble y triple valla, que llega a alcanzar los siete metros de altura, de hierro sólido o alambre de espinos, con torretas y cámaras de vigilancia y custiada por aviones, helicópteros y "algún zepelín", dicen en la crónica).

Ya han conseguido construir la mitad.

"-Fronteras, cicatrices de la tierra- han escrito junto a unas cruces colocadas como recuerdo de los que murieron al dar el salto".

domingo, 9 de noviembre de 2008

Redacción periodística

Práctica realizada para Redacción Periodística, entregada el lunes 3 de noviembre.


Comienzan los preparativos para el viaje de ecuador en la Facultad de Ciencias de la Información

Diversas delegaciones de alumnos trabajarán para recaudar fondos

Los estudiantes de tercer curso de la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense han comenzado la organización del tradicional viaje de estudios.
Este viaje se realiza con motivo del paso del ecuador de la carrera y se efectúa habitualmente a comienzos de marzo.
Para ello, los estudiantes de Periodismo, Comunicación Audiovisual y Publicidad están llevando a cabo una serie de reuniones enfocadas a unificar criterios. Esto es, están acordando el itinerario, las fechas exactas y el número concreto de personas que irán.
Por el momento, tras la segunda reunión del jueves 30 de octubre, la mayor parte de los alumnos ha convenido visitar Cuba durante nueve días. La estancia se dividirá entre La Habana y la turística localidad de Varadero.
Otro de los objetivos de estas reuniones es actuar de manera conjunta para lograr descuentos en los paquetes de viaje.
Además, de forma paralela a las reuniones, se están creando una serie de delegaciones que buscan recaudar fondos a través de distintos eventos, del tipo de fiestas, rifas, conciertos y venta de objetos.
En concreto, la delegación de micro y macroeventos va a convocar un concurso de fotografía “donde la mitad de lo recaudado se entregará en premios y la otra mitad irá a parar al fondo común”, según indica la delegada de la iniciativa Irina Navarro.
El precio final aún no está fijado, ya que según Juan Manuel Fernández, uno de los organizadores, “estamos esperando la guerra de ofertas” que presumiblemente llegarán por parte de las agencias de viajes, una vez esté cerrado el número de estudiantes que efectuarán la excursión. En cualquier caso, Juan Manuel Fernández estima que “no superarán los 900 euros por persona” y confía en que la cifra se vea rebajada gracias al trabajo conjunto de las delegaciones.

JIUS


Fecha hipotética de la publicación, sábado 1 de noviembre

martes, 4 de noviembre de 2008

sobre el 4 de noviembre

Leo sobre Obama desde antes de conocerle. Suena sencillo, pero la mayoría de las veces suelo conocer a alguien antes de leer sobre él.


Por supuesto, no soy su descubridor. Llegó a mí, o llegué a él, de forma fortuita, como casi todo lo que ocurre aparentemente en la vida.

Esto, lo de seguirle desde sus comienzos hacia la Casa Blanca, hizo que me implicara un poco más. Lo sentía casi como algo mío, algo de lo que me podía sentir orgulloso. Como un niño al que has visto crecer.

Desde luego, es una sensación totalmente subjetiva e inocente, pero ¿no son así todos los sentimientos?

Ahora, todos somos expertos en Barack Obama, cualquiera puede saber que nació en Hawai, que se crió en varios países, que estudió en Harvard y que en sus comienzos realizó trabajo de campo en los suburbios de Chicago.


Hace un par de meses me enfadé con él, harto de verle en la tele, le dije que me había engañado, y no con una persona, sino con media humanidad. Le espeté con malas maneras que sólo había llegado hasta allí precisamente por ser negro, por ser la novedad, que sí, que hablaba fantásticamente, pero que no había demostrado casi nada. Que era un fantasioso y que esos, esa nueva gente que le acababa de conocer y le segúa religiosamente, en realidad no le conocían, sólo adulaban una imagen vendida en forma de pop y con merchadising incorporado.

Sí, tuvimos una buena bronca, tiré sus fotografías y dejé de defenderle en público, para qué, ya no me necesitaba.

Y entonces, en mi burbuja de desinformación, en la soledad de mi habitación, hice balance sobre todo lo que había llegado a saber sobre él. Una historia de superación, de sufrir un racismo real por parte de una sociedad que lo vive en la "intimidad", que es desde donde más daño puede hacer.
La historia de un chaval que llegó a ser alguien a pesar de una situación social y familiar complicada.
La historia de un hombre con errores, que no es un dios, y que hay que ser consciente de ello porque errará, pero que pretende cambiar las cosas, abrirse al mundo, ofrecer coberturas a los más desamparados y sobre todo, no solucionar las cosas atacando.

Me di cuenta de que ahora sí, Obama es la opción sencilla, pero que para ello tuvo que superar una odisea de complicaciones. Obama ha hecho que cualquiera se sienta orgulloso de apoyarle.


No nos defraudes Ob.

martes, 21 de octubre de 2008

sobre el periodismo y la Calaf



Esa "iluminada" (más visible en la fotografía de abajo) es Rosa María Calaf, la corresponsal de medio mundo durante los últimos 25-30 años en TVE, en la conferencia que ha impartido hoy 21 de octubre en la Casa Encendida.

Gracias a mis maravillosos medios he podido obtener esta magnífica foto.
Apunté lo siguiente mientras ella nos conferenciaba:


más deportes que internacionales.
no fuentes.
espectáculo.
avalancha y olvido.
información, no comunicación y no debería negocio.
no servirse de sociedad.
responsabilidad de individuos apáticos.
hay que elegir entre echarse a descansar y la libertad



Hasta hoy, para mí apenas era la corresponsal de Asia con un pelo peculiar y un tono de explicar cercano. Esta tarde he aprendido que según un estudio cuyo nombre inglés no puedo recordar, las principales noticias que el público quiere escuchar son las concernientes a "cómo hacerse rico y qué hacer el sábado por la noche".

Además que en la actualidad la mayoría de las informaciones proceden de unas fuentes muy pobres, tanto por cantidad como por calidad. Que la prensa trata un tema como una avalancha de datos durante un corto espacio de tiempo y de repente, chas, desaparece sin dejar rastro.


Que un periodista no debe servirse de la sociedad, sino servir a la sociedad.

También la he escuchado decir que el periodismo que se hace hoy está perdiendo credibilidad por méritos propios, y que deberíamos sacudirnos la apatía en la que vivimos (o dormimos) instalados para utilizar nuestra responsabilidad social y reclamar lo que por derecho deberíamos recibir: una información, veraz, imparcial y global.

Por último, dijo que

todo individuo debe elegir entre echarse a descansar y la libertad.

Hoy he descubierto que Rosa María Calaf tiene mucho que contar fuera de los tres minutos que podía utilizar en el informativo.
Calaf se va a jubilar.

un par de pes necesarias

Olvidemos por un momento la palabra idealismo (odio que haya adquirido unas connotaciones tan feas) y pidámosle permiso al gran Celaya para tratar su poesía con el respeto que el paso de los años le ha dado.

Porque cambiando las palabras adecuadas, define a la perfección lo que espero yo de esta profesión, el periodismo.



Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos , asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

viernes, 10 de octubre de 2008

dos disrupciones, dos

Quiero comenzar con algo bueno.


Los informativos de la Dos tienen ese halo de complicidad y cercanía natural que tanto les cuesta impostar al resto de informativos. La presentadora, Mara Torres (de la que estoy profundamente enamorado, aunque me tenga que conformar con el adverbio de "platónicamente") consigue, apoyándose en la madrugada, refrescar las noticias que ya hemos escuchado y visto durante el día, proporcionándoles un nuevo punto de vista, o si no nuevo, sí diferente.


Estudié en publicidad el concepto de disrupción, que aunque probablemente recuerde mal, se basaba en la necesidad de "romper" con lo establecido para contemplar un objeto cotidiano como si lo viéramos por primera vez.


Algo similar a lo que hizo Duchamp, que fotografiaba fuentes o ruedas de bicicletas, sin más .





Como muestra de lo que hacen por las noches en la dos, una entrevista realizada por Carlos del Amor y Mara (así la llamó yo, que por algo hay confianza) a otra de mis predilecciones, musicalmente escribiendo, Iván Ferreiro .





Disrupcionemos, pues.

declaración de intenciones

Hoy, día 10 de octubre de 2008, rayando el mediodía, queda instituida la "Declaración de Tetuán", en la que se instituyen los preceptos que regirán el blog:

1. No se me ocurre ninguno.
2. En ningún caso se podrá ir en contra del precepto número uno.
3. Tratará asuntos relacionados con el periodismo, la información y cualquiera de estos sinónimos, según quedó convenido en las clases de Redacción Periodística, donde nació la razón de ser de este blog.


Así que allá vamos.

martes, 7 de octubre de 2008

presentación

Lo primero, las siempre farragosas y convencionalizadas presentaciones:

reverberar.
1. dicho de la luz: reflejarse en una superficie bruñida.
2. dicho de un sonido: reflejarse en una superficie que no lo absorba.


el duende.
1. ser incorpóreo que habita en el interior de ciertas personas (no siempre andaluzas)
2. personaje recurrente de la mitología, los cuentos, y todas esas historias tan atractivas.
3. relativo a Larra.


(fuentes: el DRAE y yo, salvando las distancias, que yo todavía no he conseguido ser unas siglas)